Por Alejandro López
Así lo demuestran sus declaraciones. El tiempo del actual senador nacional transcurre en su preocupación por el futuro de la política petrolera nacional y el destino que le toque en suerte a su gremio y a la provincia de Neuquén. Ese es el orden de prioridades que el actual sindicalista petrolero, Guillermo Pereyra, tiene en su mente y que no disimula en proclamar ante propios y extraños.
La familia logró ganarle la pulseada al núcleo más duro de la carpa chica del gremialista. Ya es un secreto a voces que finalmente no va a ser precandidato a gobernador.
En sus declaraciones de esta mañana al programa Código Urbano dejó trascender que la decisión ya está prácticamente tomada.
Hoy pesa más la contención y el afecto familiar que las grandes tertulias políticas.
Principios de octubre es el tiempo elegido por la familia para que finalmente, Pereyra anuncie su no intervención como candidato a gobernador.
De sus palabras también se desprende que “Coraje” Pereyra renunciará a ser candidato pero que no abandonará la batalla. Mucho menos la guerra.
“Seguramente estaremos participando con el sector que nos garantice un plan de acción y gobierno integrador”, deslizó el senador.
En cuanto a su futuro dejó trascender que pretende finalizar con su “gran” obra en el sindicato petrolero. “La construcción de la clínica me va a insumir mucho tiempo y es algo que queremos concluir cuanto antes”, señaló. “La idea es llegar al 2016 con todo prácticamente terminado”, indicó.
El viejo lobo sindical también comienza a transcurrir su tiempo de despedida del gremio de sus afectos. La sucesión está en marcha. ¿Quién tendrá espaldas para reemplazarlo? La gran incógnita.