La oferta electoral que se expone al veredicto final de los ciudadanos, suele ornamentarse meses antes con sigilo y torpe disimulo al interior de cada espacio político. Decisiones de inocencia aparente como definir la fecha de los comicios, forman parte de esos momentos imperceptibles para a-políticos, aunque relevantes para el futuro mediato del poder. Como saben prudentes y previsores, escribir las reglas del juego es una excelente manera de comenzar a ganarlo.
En el MPN, acostumbrados a transpirar más en sus peleas in-door que en las elecciones generales, sus dirigentes notan que el caso es distinto. Quizá por primera vez desde 1999, el partido necesita tomarse en serio la conformación de una propuesta competitiva frente a la oposición. El cariz de la ocasión incluye definir nombres propios, capaces de movilizar la estructura sin espantar a los ya necesarios extrapartidarios. Todo ello ante el fantasma de la polarización nacional que en la última elección legislativa, le recordó al separatista discurso provinciano la pertenencia de Neuquén a la Patria.
En ese marco el 12 de Agosto se definirán autoridades partidarias, fecha que promete un aburrido anuncio de consensos sólo creíble para crédulos. El reparto resultante, desnudará la autoestima de cada sector camino a la interna que realmente importa: la elección del candidato a gobernador del partido predominante neuquino. Si el reparto evidencia fortalezas en la estructura que lidera Omar Gutiérrez, la apuesta será no perder tiempo y liquidar en Noviembre todo asunto doméstico. El apuro restaría tiempo de armado a su ya obvio competidor Rolando Figueroa, en cuyo círculo auguran un triunfo más allá de cronogramas y misceláneas administrativas. Al mismo tiempo, la “Teoría Noviembre” permite pensar la elección general a principios de 2019, evitando el ingreso en la inconveniente atmósfera nacional que pone en riesgo todo halo de autonomismo federal.
Mientras tanto… en las filas de Cambiemos, Horacio Quiroga amolda la fecha municipal a los requerimientos de la estrategia nacional. La apuesta macrista de unificar todos los comicios con la elección presidencial de Octubre, intenta succionar todas las candidaturas bajo un mismo sello cuyo potencial, pende de una economía en estado reservado. Así las cosas, serán las elecciones provinciales las que aclaren el panorama de una contienda municipal, que queda todavía demasiado lejos aunque tiene ya varios anotados.
El armado del calendario electoral anuncia los primeros pasos de un 2019 politizado que renovará autoridades en todo el país. Un tránsito exigente para el rumbo pendular de una argentina que aún no acuerda mínimos cánones de buena convivencia democrática, republicana y federal.