Buenos Aires.- Cristina Fernández de Kirchner inició hoy sus actividades en la Cámara alta y lo hizo, como era de esperarse, con polémica. Además de rechazar su desafuero por su situación judicial, se cruzó con la senadora neuquina Lucila Crexell.
«Cuando era presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales de este honorable cuerpo, se trataron tres desafueros, dos, uno se cayó porque el senador no había asumido. Uno fue el de Luis Barrionuevo por la quema de urnas y no prosperó, yo era partidaria y la que impidió ese desafuero fue una senadora y dirigente política, Diana Conti, estigmatizada como ultracristinista; el otro fue el de Ochoa, de Santiago del Estero, que votó dos veces, y hubo un tercer pedido que nunca fue tratado, el de la entonces senadora por Neuquén Luz Sapag», dijo Cristina. «Eran tres causas que seguía la cámara criminal, nos dimos cuenta de que se trataba de una persecución política y no lo tratamos. Luego se archivó en el año 2008. Debo tener muchísimos defectos pero la incoherencia no es uno de ellos», concluyó la ex mandataria nacional.
Tras las palabras de la ex presidente, Crexell salió a responder sobre la figura de su madre: «Quiero aclarar algo. Se hizo alusión a mi madre que tenía un pedido de desafuero, ella fue senadora durante el periodo 2001 – 2007. No recuerdo que causa tenía pedido de desafuero pero quiero dejar aclarado que fue sobreseída en todas las causas penales que tuvo».
«Hubiese sido interesante saber que la iba a mencionar para traer el material. Si se va a hacer mención a mi vieja me gustaría saberlo con anticipación para poder defender su honor y preservar su nombre, cuando uno se refiere al pedido de desafuero parece que es culpable, y fue sobreseída y cuando murió no tenía ninguna causa pendiente», agregó.