Buenos Aires.- Más de 200 efectivos de seguridad. Un vallado alrededor de todo el Congreso que bloqueará el acceso entre las calles Bartolomé Mitre y Alsina, y Entre Ríos y Sarandí. Y una jornada de protestas que arrancará a las 8 de la mañana con un corte del Frente de Izquierda en Corrientes y Callao. Así comenzará el día en que, aún sin precisiones sobre el resultado, el Gobierno intentará convertir en ley la reforma previsional en la sesión prevista para las 14.
Será una jornada complicada. La CGT anunció ayer que se sumará a la movilización que ya habían convocado las organizaciones sociales. También anticipó que si el oficialismo consigue aprobar la reforma, mañana realizará un paro general que, según dijeron, tendrá la adhesión de los gremios del transporte y «paralizará el país».
Con respecto a lo que ocurrirá en el recinto de la Cámara de Diputados se mantiene la incertidumbre. Los distintos funcionarios y legisladores del oficialismo se mostraron optimistas. «Consideramos que habrá mayoría necesaria para sacar la ley», dijo el jefe de Gabinete, Marcos Peña, en diálogo con los periodistas acreditados en la Casa Rosada.
Cambiemos necesitaría unos 22 o 23 votos extra para afrontar la votación sin sobresaltos. Hasta ahora, tendría el respaldo de los diputados que responden a los gobernadores de Córdoba, Juan Schiaretti; de Misiones, Hugo Passalacqua; de Tucumán, Juan Manzur. También de algún legislador de Neuquén y de Santiago del Estero.
Un tema aparte será lograr el quórum de 129 diputados sentados en sus bancas. En principio, el Bloque Justicialista, que está por ahora dividido y convulsionado, garantizaría el inicio de la sesión. A la hora de la votación, también podrían ser clave las ausencias.