Buenos Aires.- El conflicto salarial que atraviesa Aerolíneas Argentinas alcanzó un nuevo pico de tensión. Su presidente, Mariano Recalde, advirtió a los gremios que la empresa estatal podría cerrar si mantienen sus reclamos para recibir un aumento salarial en torno al 35 por ciento.
El mensaje del dirigente camporista le fue trasmitido tanto a personal que responde al kirchnerismo como a los afiliados a los sindicatos que amenazan con medidas de fuerza. «Si hay paro, la empresa va a cerrar por culpa de los gremios. Por favor, paren a estos tipos», fueron las palabras que les llevó el director de Recursos Humanos de la empresa, Hernán Jara.
«Como toda empresa, corre riesgo de continuidad. La paritaria tiene que estar en el marco de las posibilidades de la economía», declaró este lunes Axel Kicillof en diálogo con radio Del Plata. De ese modo respaldó los dichos del presidente de la compañía en medio de la tensión con los gremios.
El titular del Palacio de Hacienda recordó su paso por la compañía como gerente financiero y explicó que parte del déficit operacional está relacionado con las enormes transferencias que realizó el Estado para poner en valor a la aerolínea.
«En el marco de una discusión paritaria, los gremios hacen reclamos desmedidos, por encima del resto de los sectores y por encima de lo que el propio sector puede soportar. El doctor (Mariano) Recalde optó por sanear la compañía que recibió con una planta de 10 mil trabajadores y 26 aviones; hoy esos aviones se multiplicaron por más de tres, entonces cada trabajador se hace más productivo. Aerolíneas va a pagar lo que está al alcance de su propio balance», argumentó Kicillof.
La semana pasada, la compañía emitió un comunicado para advertir: «De persistir un conflicto de semejante irracionalidad obligaría a esta conducción a elevar al Congreso Nacional una propuesta de reestructuración del Plan de Negocios para los próximos años, que incluya un procedimiento preventivo de crisis, la eliminación de las rutas internacionales no rentables y la devolución anticipada de los aviones menos eficientes, adecuando el tamaño de la estructura a una nueva realidad. Tal vez no quede otra opción que recurrir a las medidas que hemos querido evitar con la esperanza de hacer de nuestra aerolínea de bandera una empresa pública eficiente».
«En estos últimos años, esta gestión pública ha manteniendo (sic) más puestos de trabajo que los necesarios para el nivel de actividad, sabiendo que la apuesta estaba asociada al crecimiento de una operación que absorbería esa mano de obra ociosa. Aun así, tenemos que trabajar mucho más para alcanzar los indicadores de actividades que son estándar en la industria. También sostuvimos condiciones laborales muy superiores al resto de otros asalariados (privados y públicos) con sueldos incomparables con la media general», remarcaron.