Neuquén.- El 18 de diciembre de 2001, la crisis era tan grande que todos los ciudadanos del país salieron a protestar con sus cacerolas. Empleadores y empleados, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos. Todo un país en las calles, por una crisis económica y social que derivó en el estallido de Argentina.
El desencadenante inicial fue el famoso y doloroso «Corralito». El 2 de diciembre de 2001, una disposición diseñada por el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, restringía la extracción de dinero en efectivo de los bancos.
Esto impactó en la clase trabajadora, mayormente no bancarizada, y la clase media que no podía efectuar movimientos económicos.
Para el 13 de diciembre, las centrales obreras declararon una huelga general, y simultáneamente comenzaron a producirse estallidos violentos (saqueos) en ciudades del interior del país y del Gran Buenos Aires.
En la represión del 19 y 20 de diciembre murieron 39 personas. En su gran mayoría, eran manifestantes que no respondían a ningún partido político ni sindicato.
El 20 de diciembre, en horas de la tarde, el entonces presidente Fernando de la Rúa renunció a su cargo y se fue de la Casa Rosada en un helicóptero. Mientras tanto, la calle seguía incendiada.
Cinco presidentes en once días
De La Rúa se va en medio de una situación incontrolable, y los siguientes días no cambiarían mucho. Todo lo contrario, la historia acababa de comenzar.
El primer presidente de la semana caótica fue Ramón Puerta, que en aquel momento era el titular del Senado de la Nación.
Dos días después toma el poder Adolfo Rodríguez Saá, que convoca a elecciones anticipadas para el 3 de marzo. Sin embargo, dejaría el lugar presuntamente por falta de apoyo. Las manifestaciones continuaban.
Puerta toma nuevamente el puesto, pero renuncia al día siguiente. Así, el titular de la Cámara baja, Eduardo Camaño, asume de manera interina la jefatura del Estado.
Eduardo Duhalde, que era senador nacional y que había sido derrotado por De la Rúa en las elecciones de 1999, es elegido para terminar el mandato.
Recién el 25 de mayo de 2003, Argentina vuelve a tener un presidente democrático. Se trata de un gobernador del sur poco conocido, de nombre Néstor Kirchner.
